lunes, 14 de julio de 2014

Cambios en relación al tiempo


El simple hecho de tener un reloj, ya sea digital o a agujas, incluido e implementado en todos los hábitos de nuestras vidas, no existió siempre. En el tiempo pre-moderno, no existían relojes mecánicos, si no que los tiempos eran lentos y pacientes. No se pensaba la idea del progreso, si no que conserva la idea de circularidad, en relación al conservar el pasado. Los tiempos estaban ligados a lo teológico, y el único pensamiento de un “futuro” era llegar a la ciudad de Dios, no la idea de progresar en la vida “real”. En los pueblos primitivos el tiempo se encontraba vinculado con los ciclos de trabajo. Posteriormente, se media el tiempo a través de relojes de arena, sol y agua, nada preciso. Esto demuestra que en esa época, el concepto actual que tenemos del reloj, y la importancia que le damos a la precisión del tiempo, no eran considerados como esenciales.



Finalmente surge el reloj mecánico, asociado con la idea del progreso y del futuro, y totalmente distanciado de la naturaleza.  El tiempo se seculariza, es decir, deja de lado la religión y pasa a lo profano. Al principio, el reloj se encontraba en las iglesias o en los lugares públicos, y poseer uno implicaba tener un alto status. Posteriormente, los relojes mecanizados se extienden por todas las clases sociales, encontrándose en cada hogar y en cada muñeca. De esta manera surge la importancia del reloj considerada en la sociedad actual. Todo esta controlado a través del tiempo. Actualmente se piensa, como bien menciono Marcelo Raffin en su texto “la hora señalada”, que “el tiempo se  convierte en moneda: no pasa sino que se gasta”. Esto quiere decir que los tiempos dejan de ser lentos, y surge una concepción, de que no se puede perder el tiempo. El reloj trajo la idea de la puntualidad y disciplina,  y que todo se controle exactamente por horas, minutos y segundos. 




En conclusión, podemos ver como el tiempo pasó a ser lo que organiza nuestras vidas. Actualmente todo pasa por horarios, ya que tenés que estar en tal lugar a determinada hora, tenés que llegar antes de tal hora a determinado lugar, tenés que comer a determinada hora, tenés que trabajar determinadas horas, etc. Por ejemplo, al colegio tenés que entrar a las 8 de la mañana, si llegas mas tarde que eso, ya te ponen falta. Esto seria un castigo por no cumplir la disciplina del tiempo. El tiempo se convirtió en una especie de disciplina que ya todo vemos como “natural”, aunque no lo es. Estamos acostumbrados a utilizar el reloj, y a tener todas nuestras vidas dirigidas por el mismo, pero eso no implica que sea esencial y que no se pueda cambiar, si no que es un hábito que tenemos normalizado, y lo vemos como “obligatorio” o como algo que es imposible de cambiar. Si nos lo ponemos a pensar, el reloj y el tiempo controlan todas nuestras vidas. No solo se encuentran en los hogares, en los lugares públicos y en las iglesias, si no que se encuentran en todos lados y de diferentes formas. El reloj ya esta incluido en todos los dispositivos digitales, como los celulares, las computadoras, etc.  Por otro lado, la idea del tiempo genera una falsa necesidad de estar ocupado todo el tiempo, ya que no aprovechar los tiempos implica ser mal visto por la sociedad. Aquel que esta ocupado todo el tiempo, es visto como alguien que esta progresando.


1 comentario:

  1. Está muy bien el resumen del texto que leímos, sería interesante centrarse en algún caso de la vida cotidiana donde quede en evidencia lo que decís respecto al tiempo de hoy, en relación también con la nota de Ian.

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