domingo, 20 de julio de 2014

DESTAPÁ FELICIDAD

El otro aspecto del fetichismo de la mercancía es el valor "mágico", humano, que le atribuimos a lo que es un simple objeto. Las empresas que quieren vender sus productos lo saben bien, por eso no nos ofrecen nunca simplemente un producto sino un conjunto de sentimientos asociados a él.

Por quedarnos solamente en el rubro "bebidas", veamos algunos ejemplos:

Coca-Cola no es una bebida marrón, dulce y con mucho gas, sino "felicidad".



Quilmes no es una bebida alcohólica de dudosa calidad, sino el encuentro con amigos.



Santa Julia no es un vino de gama media, sino la posibilidad de la seducción y la afirmación del carácter de quien lo toma.



 Vean este video que está a continuación, donde se muestra con mucho humor, qué pasa con todo lo que nos prometen las mercancías 







2 comentarios:

  1. Diego, comparto la idea de que en la sociedad actual, se le da un mayor valor a un objeto al que verdaderamente tienen. Las publicidades nos muestran un simple producto, como una bebida que solo sirve para hidratarte, y lo único que hace que se diferencien entre si, es su color, su sabor o si contiene o no alcohol, pero con una sobre valoración. Las empresas al querer vender sus productos, presentan una falsa valoración del elemento, y buscan persuadir al consumidor que consumiendo aquel producto tendrá algún tipo de beneficio. Como bien muestra el video, muchas veces se dice que al beber determinada bebida vas a estar feliz o que vas a tener un cambio en tu vida. Muestran aquel producto como lo mejor que te puede pasar en tu vida, como después de consumir eso, tu vida va a cambiar completamente. Esto genera que los consumidores tengan una falsa necesidad o deseo de ese producto, ya que muchas veces no lo consumen simplemente por lo que es, si no por todo el contexto con el es que es presentado.

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  2. Es verdad que en la sociedad en la que vivimos actualmente se sobrevaloran los productos y pasan a ser algo más que un simple objeto. Las empresas buscan persuadir a las personas a través de las propagandas, donde el producto se muestra como algo que le provocara un cambio en su vida, le dará felicidad, entre otras muchas cosas. Así generan que la gente quiera consumir ese producto, solo por el contexto que le dan al producto, y no por el elemento en sí. El hecho de "humanizar" a los productos es parte de el circulo comercial, y sin esto la venta de productos no sería la misma.

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