Escena I: Suena el teléfono en
un departamento de Barrio Norte. Atiende la mucama y le avisan que falleció el
Dr. Zutano. Ella debe avisarle con urgencia a sus patrones. No se sabe el
motivo del deceso aun. Lo velan en su casa y lo entierran al día siguiente en
La Recoleta.
Escena II: Tocan el timbre en
la casa de Mengano en Virreyes. Le avisan que le dispararon a Fulano. El
velorio y el entierro es ese mismo día. Lo velan en la casa velatoria que está
enfrente del Crematorio Municipal de San Fernando y después cruzan.
El funeral es siempre una ceremonia para despedir al
muerto.
Los ritos dependen de la época, de la cultura y de la posición
social del difunto.
Escena I
bis: El funeral del Dr. Zutano es VIP. La empresa
fúnebre que se hará cargo del evento brinda a los familiares asesoramiento
permanente las 24 hs, los 365 días del año, y también el día 366 del año bisiesto.
Lo hace en sus oficinas o en el domicilio del Dr. Zutano. El director funerario
cuida personalmente cada detalle del servicio para garantizar la mejor
atención. Además, personal altamente preparado acompañará a los deudos en todo
momento. Los deudos podrán elegir el mejor cajón para el Dr. Zutano. Lo harán
en el showroom de la empresa en un salón de exposiciones en donde podrán apreciar
una distinguida variedad de ataúdes y urnas cinerianas de gran nobleza y
perdurabilidad. Esto es por si el difunto eligió que lo hagan cenizas. Por
supuesto,, cuentan con servicios adicionales: publicación de avisos
fúnebres (por supuesto en el diario La Nación); alquiler de salas
velatorias (la familia del Dr. Zutano agradeció este servicio pero prefieren
hacerlo en su departamento); contratación de servicios de cafetería y catering
(¡nada de empanadas y sanguchitos de miga! Sale caviar); envío de ofrendas
florales, entre otros.
Además, Lázaro se ocupa de
forma integral de la gestión de la cremación y de la urna. Pero la familia
Zutano optó por el servicio especial que incluye el traslado al cementerio de
la Recoleta en una flota de autos de alta gama. Por suerte se murió acá y no
hizo falta contratar el servicio para la gestión de la repatriación del Doctor.
Lázaro ofrece muchos más servicios. Pero si nos extendemos más, no quedan
líneas para contar el funeral de Fulano.
Ultimo detalle. El Dr. Zutano
por suerte tenía el seguro de vida en regla. Los deudos agradecidos.
Escena II bis: Mengano estalla en lágrimas. No puede creer lo que escucha.
Habla con su vecina que se acerca al mensajero. Entre todos organizan para
avisarle a la mamá de Fulano que está con un pico glucemia. No va a poder
tolerar la fatal noticia. Fulano tenía solo 18 años y estaba estrenando su moto
que había comprado con sus primeros ahorros después de muchas changas.
Entre todos los vecinos del
barrio juntaron la plata para el velorio en la salita que está justo enfrente
del cementerio. Solo tienen que cruzar la avenida.
(No nos dio para la foto)
Agustina, están muy bien los dos relatos de funerales en clases sociales muy diferentes. Desde antes de nacer y aún después de morir, somos atravesados por prácticas culturales y de clase. Además van cambiando con el tiempo, una de las cosas que habíamos hablado en el aula es que ya casi las personas no mueren en sus casas, sino en los hospitales.
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