domingo, 16 de noviembre de 2014

El Funeral


Escena I: Suena el teléfono en un departamento de Barrio Norte. Atiende la mucama y le avisan que falleció el Dr. Zutano. Ella debe avisarle con urgencia a sus patrones. No se sabe el motivo del deceso aun. Lo velan en su casa y lo entierran al día siguiente en La Recoleta.  
Escena II: Tocan el timbre en la casa de Mengano en Virreyes. Le avisan que le dispararon a Fulano. El velorio y el entierro es ese mismo día. Lo velan en la casa velatoria que está enfrente del Crematorio Municipal de San Fernando y después cruzan.
El funeral es siempre una ceremonia para despedir al muerto.
Los ritos dependen de la época, de la cultura y de la posición social del difunto.
Escena I bis: El funeral del Dr. Zutano es VIP. La empresa fúnebre que se hará cargo del evento  brinda a los familiares asesoramiento permanente las 24 hs, los 365 días del año, y también el día 366 del año bisiesto. Lo hace en sus oficinas o en el domicilio del Dr. Zutano. El director funerario cuida personalmente cada detalle del servicio para garantizar la mejor atención. Además, personal altamente preparado acompañará a los deudos en todo momento. Los deudos podrán elegir el mejor cajón para el Dr. Zutano. Lo harán en el showroom de la empresa en un salón de exposiciones en donde podrán apreciar una distinguida variedad de ataúdes y urnas cinerianas de gran nobleza y perdurabilidad. Esto es por si el difunto eligió que lo hagan cenizas. Por supuesto,, cuentan con servicios adicionales: publicación de avisos fúnebres (por supuesto en el diario La Nación); alquiler de salas velatorias (la familia del Dr. Zutano agradeció este servicio pero prefieren hacerlo en su departamento); contratación de servicios de cafetería y catering (¡nada de empanadas y sanguchitos de miga! Sale caviar); envío de ofrendas florales, entre otros.
Además, Lázaro se ocupa de forma integral de la gestión de la cremación y de la urna. Pero la familia Zutano optó por el servicio especial que incluye el traslado al cementerio de la Recoleta en una flota de autos de alta gama. Por suerte se murió acá y no hizo falta contratar el servicio para la gestión de la repatriación del Doctor. Lázaro ofrece muchos más servicios. Pero si nos extendemos más, no quedan líneas para contar el funeral de Fulano.
Ultimo detalle. El Dr. Zutano por suerte tenía el seguro de vida en regla. Los deudos agradecidos.

Escena II bis: Mengano estalla en lágrimas. No puede creer lo que escucha. Habla con su vecina que se acerca al mensajero. Entre todos organizan para avisarle a la mamá de Fulano que está con un pico glucemia. No va a poder tolerar la fatal noticia. Fulano tenía solo 18 años y estaba estrenando su moto que había comprado con sus primeros ahorros después de muchas changas.

Entre todos los vecinos del barrio juntaron la plata para el velorio en la salita que está justo enfrente del cementerio. Solo tienen que cruzar la avenida.  
(No nos dio para la foto)

1 comentario:

  1. Agustina, están muy bien los dos relatos de funerales en clases sociales muy diferentes. Desde antes de nacer y aún después de morir, somos atravesados por prácticas culturales y de clase. Además van cambiando con el tiempo, una de las cosas que habíamos hablado en el aula es que ya casi las personas no mueren en sus casas, sino en los hospitales.

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