domingo, 30 de marzo de 2014

Consumo

Todos necesitamos cosas para vivir. Ropa, cacerolas para cocinar, mantas, entre otras muchas. Pero, ¿sabemos realmente qué son nuestras cosas?¿ para qué las compramos?¿ cómo se hicieron?¿qué pasó con las manos que las hicieron?¿qué impacto ambiental tienen?

Si todo el mundo supiera qué son las cosas que tienen, dudarían si realmente comprarlas. Especialmente aquellas  que compramos simplemente por comprarlas, sin una utilidad ni valor especial.

Muchas de las cosas que nos rodean contienen sustancias tóxicas. Un gran porcentaje de casas construidas en los últimos  años contienen aberturas de PVC. El PVC ( policloruro de vinilo) entre muchas otras cosas, tiene una sustancia que se volatiliza en el aire, la cual es tóxica. Por lo tanto, todos los que tenemos PVC en nuestras casas, ya sea en una cortina de baño, en el envoltorio de una tostadora, en el marco de la ventana o en un muñeco de juguete como los que regalan a en la cajita feliz de McDonald’s, tienen sus cuerpos infectados.

Igualmente, no sólo el consumidor se ve expuesto a la contaminación de su ser. Los trabajadores, especialmente aquellos de países en desarrollo, son los más afectados. Muchos de ellos se ven expuestos a trabajos que deterioran su calidad de vida, porque diseñamos cosas que deben ser producidas mediante procesos químicos que liberan toxinas. No hace falta pensar en un celular para imaginarse la cantidad de procesos tóxicos por los que pasa; sólo pensando en el papel que usamos todos los días tenemos una lista larga sobre sus afecciones en los seres vivos y el medio ambiente.

Nuestro sistema de consumo actual es insostenible. Es un sistema en el cual se extraen recursos, se crean productos (en exceso), se consumen, cada vez por períodos de tiempo más cortos (obsolescencia planificada) y se tiran o reciclan (algunos pocos). Nuestro planeta es finito. Tiene una cantidad de recursos que se va a acabar eventualmente. No podemos continuar con este sistema. En mi opinión, es hora de que cambie el sistema como hoy lo conocemos. Un sistema en el cual más cosas nos hacen más felices. Un sistema donde hay una gran inequidad social; donde hay gente que no puede adquirir y usar bienes y servicios para satisfacer sus necesidades básicas y hay otros  que consumen sin parar, en un intento de satisfacer sus necesidades emocionales. Deberíamos comenzar a pensar en la producción de menos cosas y mejores.

Ya no vivimos en un mundo de consumo sino de consumismo. Compramos mucho más de lo que necesitamos, porque también el mundo se encarga de que eso pase. La creación de centros comerciales con infinidad de marcas, las cuotas fijas, la obsolescencia planificada (que las cosas como celulares tengan una especie de “fecha de vencimiento”) y especialmente la publicidad, nos incitan a comprar. Es como si lo que compramos definiera lo que somos. Además, gran parte de nuestro dinero lo usamos en productos que creemos que nos hacen felices, y no en experiencias (como alquilar un kayak y salir a remar) que nos llenan más como ser humano con emociones.

Esto es perjudicial tanto para nosotros humanos como para el planeta y los demás seres vivos que lo habitan (que poco tienen que ver con la contaminación que los rodea). Deberíamos repensar nuestra forma de producir, destruyendo al único planeta que tenemos;  consumir, en un intento de felicidad; y desechar, devolviendo al planeta los recursos extraídos pero de forma contaminada.


2 comentarios:


  1. Flor me pareció muy buena la nota y pienso que de las dos maneras de verlo estuvo bien y estoy de acuerdo con lo que dijiste. De todas formas cuando las personas en general compran algo no se ponen a pensar en la manera que fueron fabricadas, pero se podrían hacer campañas para concientizar a las personas para que empiecen a pensar más a la hora de comprar. Estoy de acuerdo en que la sociedad está cada vez mas consumista y eso es un problema en todo el mundo ya que las personas viven todo el tiempo con estímulos que generan que necesiten consumir.

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  2. Muy buena nota Flor, me hizo acordar mucho a "The story of stuff". Coincide un poco con lo que planteó Clara en su nota sobre el maltrato animal. Hay una problema en nuestra relación con lo que consumimos, que tiene varios factores:
    - Nuestra ignorancia respecto a cómo fue hecho.
    - Nuestra necesidad cada vez mayor de consumir compulsivamente.
    - Nuestra vida convertida en objeto de consumo para los demás.

    Vamos a profundizar algunos de estos temas durante el año.

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